La Economía Conductual ¿Podemos predecir el futuro?

Juan Andrés Romero, estudiante de economía (UCAB),  vicepresidente del Comité de Finanzas del centro de estudiantes de la escuela, miembro de @porlatangentepodcast.- 

¿Te has preguntado qué es Behavioral Economics, en español? Es la disciplina que agrupa la racionalidad, la aversión al riesgo, la información disponible y las emociones en la economía, y cómo tomamos decisiones con todo eso.

Fuente: Klaus Klemmerz.

La economía es una ciencia social que estudia la toma eficiente de decisiones con respecto a la debida administración de los recursos disponibles. Al analizar este concepto, son muchos quienes resultan extrañados al no ver incluida la palabra “matemática” en dicha definición. Por su puesto no están equivocados, la matemática representa parte fundamental en el desarrollo de la economía, pero siempre es importante aclarar que, todo el estudio matemático que se contempla en la disciplina, tiene como objetivo estimar cuál sería la mejor opción a elegir en un escenario determinado. Se puede entender a la matemática como el medio, y a la eficiencia como el verdadero fin del estudio económico.  

En esa constante búsqueda de la eficiencia, el hombre ha planteado gran cantidad de tesis y modelos para dar pasos cada vez más seguros y firmes que lo lleven hacia tal propósito. Es bajo este contexto que nace la economía conductual.  

La economía conductual es una disciplina que, a través de la combinación de teorías económicas, cognitivas y emocionales, busca comprender de manera más precisa, el proceso de toma de decisiones del ser humano, y las diversas consecuencias que pueden generar. Su estudio despertó gran interés luego de que Daniel Kahneman y Vernon Smith ganaran el Premio Nobel de Economía en el año 2002, por integrar modelos económicos y psicológicos para un estudio más amplio de cómo el hombre toma decisiones bajo incertidumbre.  

Es importante destacar que no es precisamente una ciencia que apareció para desplazar todo lo que se conoce sobre principios y fundamentos económicos, sino más bien para acercar más a la realidad los modelos ya planteados, y hacer estudios más concretos que nos lleven a conclusiones mucho más certeras.  

Los modelos económicos son herramientas que funcionan para simplificar la realidad, y entenderla de una manera más elemental. Además, estos modelos vienen acompañados de supuestos que facilitan el estudio de ciertas situaciones. Algunos supuestos a destacar:  

  • El individuo racional, que explica que somos seres capaces de tomar siempre la decisión más conveniente. 

  • El conocimiento perfecto, que destaca que el individuo conoce todas las variables para elegir la mejor opción,  

  • El de comparación, que aclara cómo el individuo puede comparar distintos escenarios y optar por el más idóneo, entre otros.  

Analizando detalladamente cada supuesto se entiende que, debido a que fueron construidos para simplificar la realidad, no siempre se cumplen.  

Veamos el siguiente ejemplo: cuando los propietarios de activos financieros o acciones observan que los precios de sus activos están bajando, son muchos quienes se resisten a asumir la pérdida bajo la creencia de que el precio eventualmente volverá a subir, lo cual es válido. Pero ¿qué hubiera pasado en casos como la crisis financiera de 2008 o de GameStop a inicios de 2021 si los accionistas hubiesen asumido las pérdidas más rápido? ¿No hubieran sido menores las consecuencias? En 2008 muchos pensaron que se “eventualmente” la gente pagaría sus hipotecas (no lo hicieron) y en 2021 aquellos que estaban “en corto” con GameStop no regresaron las acciones sino luego de una subida masiva del precio. Fueron decisiones sesgadas por emocionalidad y orgullo que trajeron grandes consecuencias al mercado. Es en escenarios como estos donde la economía conductual busca responder preguntas que los “supuestos” no consideran. Si somos individuos tan racionales y tan aversos al riesgo, ¿Por qué se dan casos como los de la crisis de 2008 y el caso de GameStop en 2021?  

Sabiendo todo esto, podemos ver que estamos lejos de ser “individuos racionales, que conocen todas las opciones como para elegir la mejor”. Muchas de nuestras decisiones son basadas en prejuicios, experiencias previas, emociones, intuiciones, sospechas y falta de información; por todo ello, son pocas las que tomamos racionalmente. Daniel Kahneman explica que nuestra psique se puede dividir en dos sistemas: el primero funciona prácticamente de manera automática e inconsciente, y proporciona respuestas a estímulos sin mucho esfuerzo; mientras que el segundo sistema es más reflexivo y dotado de capacidades más racionales para tomar las mejores decisiones. Sería ideal que nuestras decisiones financieras o incluso nuestras decisiones en general, partieran siempre desde el segundo sistema, pero la verdad es que no es así.  

Aquellos actores que presten más atención a la economía conductual y su desarrollo, seguramente tendrán una ventaja competitiva importante. Sería ideal también entender nuestras decisiones, para así participar mejor en el mercado.  

Para concluir, me gustaría destacar una frase de Protágoras de Abdera, que reza “el hombre es la medida de todas las cosas”. La frase es un principio filosófico que expone que el hombre es quien construye su realidad. Ahora bien, con ciencias como la economía conductual, se destaca la importancia de; antes de construir realidades, modelos o supuestos, es vital primero conocernos a nosotros mismos, para luego proceder a entender y construir la realidad de una manera más certera. Si quieres saber más sobre cómo la gente y las organizaciones toman decisiones dentro del mercado, te sugiero leer sobre las finanzas conductuales. Finalmente, dime en los comentarios si quieres que escriba más a profundidad sobre este tema o de algún otro de economía. 

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