Los Fosos Defensivos en las finanzas (MOAT)

Eduardo Castejón, Licenciado en Estudios Liberales, UNIMET. Especialista en Relaciones Corporativas en Val-u.-

Existen pocas cosas tan importantes a la hora de evaluar empresas como las ventajas que esta tiene con respecto a sus pares, sean de su rubro o no.

Fuente: Gizmodo.

En finanzas existen términos y alegorías para muchas cosas, recordarás los toros y osos en la bolsa o quizás los “bonos basura” al hablar del rating de empresas. Una de las referencias más importantes para ilustrar un concepto es el del “moat”, conocido en español como ‘foso defensivo’.

Si prestaste atención a las clases de historia del colegio o te gustan los juegos de estrategia, quizá recuerdes aquel foso con agua que rodea a algunos castillos medievales, cuyo propósito no es más que hacer más difícil hacerse con la fortaleza y luego, bueno, hacer cualquier cosa que hacían quienes tenían un castillo.

Hoy por hoy y en el mundo empresarial, “tomar” ese castillo sería robarle cuota de mercado a una compañía al efectivamente copiar lo bueno que la hace única o, de plano, mejorarlo y vencerla en su propio juego. Para evitar esto y no solo competir, sino prosperar, muchas firmas se han ocupado de crear ventajas perdurables que les permitan obtener grandes márgenes de beneficios de manera sostenible.

El término fue acuñado por el paladín del Value Investing Warren Buffett, siendo reforzado por Charlie Munger y plenamente adoptado en la industria financiera. Naturalmente estas ventajas son muy difíciles de replicar o incluso imitar para competidores.

Estos fosos pueden ser tangibles (como el poder de pricing, productos únicos o recursos financieros y logísticos) o intangibles (como la credibilidad de la marca, las patentes exclusivas y el capital intelectual de la compañía). Estas ‘ventajas’ son las que te hacen decidir comprar un teléfono Apple o unos zapatos Nike por encima de los productos de otras marcas.

Fuente: Microcapclub.

¿Quieres verlo con un ejemplo clarísimo? Con todas las fortalezas que tiene como aplicación, muy poca gente ha reemplazado Whatsapp con Telegram, a pesar de las quejas que suele tener la primera. Aquí está en acción la ventaja competitiva que tiene Whatsapp (o Facebook) no por su producto, sino por la preeminencia de su marca.

Por supuesto, existen muchas empresas con múltiples ventajas bajo el brazo. Imagina que tú fabricas un producto, existen empresas que pueden forzarte a trabajar a pérdida por lo importante que es su negocio para ti. El ejemplo perfecto de esto es Wal-Mart, que ha llegado a tener proveedores entregando grandes cantidades de productos “a costo” o incluso debajo de este, solo porque les permite mantener sus operaciones activas y transmitir al mercado que Wal-Mart es su cliente.

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